Granada es tierra de tapas, de bares, de tabernas, de tascas, de restaurantes… y dentro de la multitud de establecimientos que existen es muy difícil encontrar alguno que se diferencie en algo al resto. Dejando a un lado a aquellos restaurantes de Alta Cocina (desgraciadamente aquí no son tantos) sí que anda uno un poco cansado de encontrarse prácticamente lo mismo en la mayoría de los establecimientos hosteleros. Evidentemente hay excepciones.

La Enoteca de Pacurri, aunque tiene el denominador común mencionado anteriormente, sí que cuenta con varios factores que le diferencian del resto; el primero de ellos, él mismo. Paco es un personaje singular, amante de Granada y de su cultura, también de su historia, incluso de la más reciente… amigo de artistas como los Morente o Los Planetas, pero sobretodo es fiel a nuestra gastronomía.

Cuenta con un espacio de decoración clásica y tamaño limitado a una pequeña barra, ideal para empaparse de tantas vivencias, y con un salón en la parte de abajo, con capacidad para unas 30 personas, perfecto algo más íntimo, más personal.

Apuesta por una cocina de siempre, pero bien ejecutada, donde prima potenciar el sabor del producto. Lo que más le gustará, si como en mi caso está un poco cansado de bacalaos y huevos rotos, son los fondos y los caldos, para mojar pan.

La selección de carta no es pequeña, para la cocina que tienen, incluso pueden permitirse el lujo de tener algún plato fuera de carta que variarán según la temporada.

Se puede tapear perfectamente en la Enoteca de Pacurri, con cada consumición una tapa gratis que incluso obsequiará aunque haya pedido platos de carta. Déjese aconsejar en cuanto a vinos, cualquiera de los que tenga en bodega podrá servirse por copas si se desea, indiferentemente del precio de la botella. En función de la hora en la que llegue podrá degustar una tapa de arroz, suelto y con mucho trabajo de cocina detrás. De gran sabor y que sin duda hará que siga pidiendo. Mojama, muy típica en esta zona; fideos con tinta de calamar, gambas y alioli; migas de sémola, nada secas; y carne en salsa con patatas fritas con un fondo de dejar el plato limpio.

En cuanto a los platos de carta, precios moderados y aunque aún me quedan muchos por probar, destaco el Codillo al horno y la Carrillera al Oporto, ambos platos son los que me hacen regresar. En el caso del codillo, melosidad y potencia más que correcta. Otros similares pueden ser el Ossobuco o el rabo de toro, aunque en el caso del primero faltaría un poco de intensidad.

Antes le comentaba el hartazgo que me provoca el encontrarme los huevos rotos (tanto casi como el bacalao) en cada carta de casi cada sitio que visito, pero le gustará que haga un inciso en estos de Pacurri servidos con foie y trufa, y no precísamente por el foie y la trufa, que también, si no por las patatas. Nuevas, aceite limpio, a su temperatura, sabiendo lo que se hace, crujientes, apetecibles y deliciosas.

En cuanto a pescados, el sempiterno bacalao, se lo servirán al pil pil o también con pochas como en mi caso. Este, fresco, correcto de cocción y cuya salsa podría afinarse un poco más para darle al plato aún más importancia. Me gusta que introduzcan platos de otras cocinas, como la japonesa y así hacen con un tataki de atún, que es sugerencia y que a un apasionado de este tipo de comida como yo le sobraría el arroz y un poco plancha.

Suelo ser reacio a ciertos rellenos, pero se llevará una grata sorpresa con el solomillo de cerdo relleno de frutos secos. Tierno, jugoso y agradable de degustar con patatas y manzana fritas. Y si es temporada, seguro que Pacurri les ofrecerá unas setas que le hará como usted prefiera.

Queda aquí demostrado que tan importante es la cocina como el entorno en el que se degusta. Pacurri les hará sentir como en casa.

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Carne en salsa

Huevos rotos con foie y trufa

Bacalao con pochas

Fideos con tinta de calamar, gambas y alioli

Tataki de atún

Solomillo de cerdo relleno de frutos secos

Mojama de atún

Setas a la plancha

Ossobuco con patatas