Bueno… como empezar…

… y es que la experiencia Saffron ha sido de las mejores en mucho tiempo. Si bien no llevo más que unas pocas semanas publicando los lugares que visito en Granada, a mis pocos taitantos años he tenido la oportunidad de tener muchas experiencias gastronómicas a lo largo y ancho de esta nuestra España y parte del extranjero, tanto buenas como malas y algunas menos malas.

Cuando hablo de un espacio no es sólo de lo que allí se come, degusta, paladea, ingiere, engulle, devora… Para sentirme feliz necesito pocas cosas, pero cuando se trata de comida y bebida… no me toques las palmas…

En Saffron confluyen una serie de factores que me hacen feliz: una buena ubicación (ligeramente fuera del alcance de los guiris), un local perfectamente adecuado (profesional, agradable, que invita a estar allí), una carta pensada y tratada con amor, mimo y esmero, un staff debidamente formado y unos gerentes que le dan vida a todo.

Esta primera toma de contacto, porque sabemos que volveremos, no ha estado colmada de platos… normalmente acudimos 2 personas por lo que resulta complicado probar muchas propuestas por eso, conociendo ligeramente la trayectoria de David y Chechu y tras estudiar concienzudamente la carta decidí dejarme llevar. Muchos de los platos de carta son muy apetecibles para mí… así que ni corto ni perezoso y descartando, con todo el dolor de mi corazón el tartar de atún, le sugerí a un miembro del staff que me sirviera los dos platos estrella, aquellos que sin duda definen a Saffron…

… y aquí el resultado

Pastela moruna con pollo, pasas y piñones envuelta en masa crujiente.

Sin duda un must en Saffron. El emplatado ya hace que las papilas gustativas del comensal se activen, un horneadoperfecto  hace que posea una textura crujiente y apetecible, y de sal, la masa está en su punto. El relleno es un mix de sabores del orden de la comida marroquí. Dulce y salado perfectamente mezclados para garantizar el sabor puro de la pastela moruna.

Musaka

Versión particular de Saffron de la clásica Musaka turca. Para mi gusto un poco excedida en la ternera y en la salsa de tomate pero con un sabor que cumple perfectamente con lo que se espera de él. Se refleja aquí la selección perfecta de ingredientes para la elaboración de los platos. He podido ver en otras ocasiones la misma musaka con una presentación un poco más cuidada que la de la foto pero insisto en que una vez dado el primer bocado la calidad del plato sale a la luz.

Las croquetas «cúbicas» del chef sirvieron de adelanto a lo que nos encontraríamos posteriormente y es que reza en su carta que cada día las hacen diferentes. Como adicto a las croquetas aún sigo buscando la croqueta perfecta (Nota mental: ¿Quizás un concurso de croquetas…?) aunque estas son muy divertidas, sabrosas y de textura agradable en boca.

En cuanto al postre… «No te puedes perder el postre… David fue pastelero antes que fraile!!». Y cómo se nota cuando alguien realmente hace las cosas porque le gustan, porque disfruta, porque vive con pasión la gastronomía y todo lo que la rodea. La mousse de toffee y crujiente de hojaldre es una delicia, una presentación sencilla pero efectiva. El hojaldre en un punto que resulta perfecto para cortarlo con la cuchara y no destrozar el plato. La mousse… bueno… sola y a cucharadas en tarrina de 5 kg también me la comería. Es de esos sabores que enganchan. No demasiado dulce pero amable. La mezcla de ambos hace que sea un fin de fiesta redondo.

Concluyendo, Saffron, es un espacio donde la creatividad, la innovación y la pasión por la gastronomía te atrapa mezclado con un punto canalla que no deja a nadie indiferente y es que sus eventos y shows son únicos; además participan semanalmente en un programa de radio en «La Voz de Granada». Búscales, verás como te diviertes.