Existen ocasiones en los que tienes una idea preconcebida sobre algo, alguien o algún lugar y te ves gratamente sorprendido cuando conoces más acerca del mismo.

Y es que Panoramic 683 Upper es un restaurante asociado a una discoteca nocturna y el concepto de tener ambos espacios uno al lado del otro y  gestionados por la misma empresa es algo a lo que aquí en Granada no estamos nada acostumbrados. A la vista está que tras el cambio de gerencia han sabido llevar a cabo este proyecto presentando una carta abierta al mundo donde caben múltiples opciones y haciendo que jóvenes promesas de la cocina salgan a la palestra y demuestren de qué pasta están hechos.

Mini-burger de rabo de toro

Ensalada caprese con perlas de mozzarela y queso frito en salsa de albahaca.

En cuanto a la ubicación, el Restaurante, Gastrobar, discoteca, coctelería se encuentra en el Centro Comercial Serrallo Plaza, por lo que llegar no tiene pérdida desde la Ronda Sur. Sin embargo el local no se encuentra dentro del centro como tal, si no en los jardines traseros. Gracias a ello, cenar en la terraza es muy agradable, así como tomar una copa. Anoto que los espacios están ligeramente separados aunque si la cena se alarga te puedes encontrar con gente haciendo cola para entrar a la discoteca.

La terraza, evidentemente para el verano, pero cuando el tiempo no acompaña puedes elegir entre el gastrobar o el restaurante. La decoración muy acorde con los cánones actuales, un espacio de barra con mesas altas y la sala donde te puedes sentar tranquilamente a cena. Esta zona se abre directamente mediante unos paneles abatibles al club y en ocasiones organizan unas cenas más animadas con espectáculo en vivo.

La cocina de Upper, ha sabido aunar tradición y modernidad en una carta sencilla pero muy completa. Platos sencillos y otros más elaborados donde destaca la perfecta ejecución de todos ellos.

Tartar de Atún rojo de Almadraba con aguacate

Taco de pulpo a la brasa con crema de patatas y alioli de pimentón

Láminas de magret de pato sobre mango caramelizado y setas confitadas

Sé que puede resultar algo repetitivo pero es que el Atún de Almadraba es una de mis adicciones. Siendo buena la materia prima poco más hay que hacerle. El tartar, presentado con un corte perfecto, es uno de los platos más alabados de los clientes del gastrobar, y no sin razón. Toque muy preciso de soja que no mata el sabor y muy suave en boca.

Pasamos a un pulpo a la brasa, plato muy sencillo, en el que es muy fácil meter la pata si no se trata con el debido respeto. En este caso, el punto de cocción es correctísimo y la presentación impecable. Fácil de comer dejando un sabor de boca como cabe esperar.

Una de las sugerencias del maitre fué el magret de pato. Plato que no suelo pedir habitualmente ya que el pato no es santo de mi devoción. Aún así, mi confianza en el chef conforme pasaba la noche iba in crescendo por lo que me lancé de cabeza a la piscina. El magret presentado en láminas, tal como veis en la foto iba acompañado de mango y setas, contraste que le va perfecto. Sin duda el plato de la noche. Pura mantequilla.

Puesto que se nos hizo un poco tarde disfrutando de la velada en muy buena compañía, dejaré los postres para otro día.

Agradecer la atención del staff, el trato fué impecable y así lo vimos también con el resto de los clientes. Gracias especiales a Alejandro, Tomás y Gilbert que hicieron que el resto de la noche fuera de lo más agradable.

Por cierto… como veis en la foto hubo mojitos esa noche, pero la cosa no queda ahí. Tienen una extensa carta de cócteles y también de ginebras para los amantes del gintonic.